Son argumentos engañosos o aparentes que recurren a premisas que no respaldan sus conclusiones y que, sin embargo, resulta psicológicamente persuasivos.
Las falacias son peligrosas porque la mayoría de nosotros alguna vez llegamos a ser engañados por ellas. Por lo tanto el estudio de las falacias es imprescindible ya que con estas salimos del régimen de dar razón y nos abandonamos a la irracionalidad.
Este tipo de falacias tienen una estructura de aparente deducción pero violan alguna de las 8 reglas de los silogismos. Su principal característica es que son falacias intencionales y se llaman "sofismas".
Una falacia informal es una falla en un argumento o declaración que se deriva del contenido de la declaración en lugar de una falla en la lógica. Hay docenas de tipos de errores que pueden resultar en una falacia informal, pero la mayoría pueden clasificarse como falacias de relevancia, presunción o ambigüedad.
Las falacias de atinencia son, pues aquellas cuyas premisas no tienen relación o conexión con su conclusión.
El sofisma es una falacia intencional en que el individuo enuncia una inferencia errónea o no válida para engañar al otro.
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